La democracia no pudo ser jamás implementada porque no existía un hombre capaz de vivir bajo ese modelo. El pensamiento, el sentimiento y el obrar estaban inducidos por una serie de parámetros de obediencia, sumisión e ignorancia que impedían al hombre vivir la libertad y responsabilidad que impone la democracia.
Por esto, se permitió el surgimiento e implantación de sustitutos al modelo democrático original que conservaron su nombre pero no su esencia, tales como: democracia liberal, democracia representativa, democracia coherente o democracia participativa.
La esencia de la democracia está en que el pueblo se gobierna a sí mismo, toma todas las decisiones, y los gobernantes son servidores, no amos.
El término democracia hay que recuperarlo, no es necesario inventar un término o concepto nuevo porque este sigue vigente tal como fue concebido, simplemente hay que implementarlo con honestidad ya que el hombre de hoy lo está pidiendo. Para la democracia hacía falta el hombre político.
El hombre Político no se refiere a quien se dedica a la actividad política tal como la conocemos hoy. Sino a la concepción Aristotélica que plantea que las actividades humanas propenden hacia la justicia mediante la búsqueda del bien común.1 El Hombre político somos todos los hombres y mujeres contemporáneos, preocupados por el ecosistema, por la capa de ozono, por los votantes en Ukrania, por los norteamericanos engañados y asustados por su gobierno mentiroso y déspota, por los niños africanos…
El hombre político es el hombre nuevo que salió a la calle en Caracas en Abril de 2002 a restituir a su presidente en el poder, el mismo que protegió las instalaciones de PDVSA que los fascistas deseaban sabotear en el paro petrolero de diciembre de ese mismo año, y el mismo que se niega a seguir repitiendo las mentiras que los medios de comunicación, en su intento de manipularle le impelen repetir.
El Hombre Político no acepta la supremacía del hombre blanco, porque el Hombre Político es blanco, amarillo, rojo y también negro. El Hombre Político somos todos. No aceptamos las diferencias y por ende tampoco los privilegios. Para el hombre Político, nociones como el poder, la riqueza y el bienestar tienen su fundamento en leyes espirituales y en la lógica, no en leyes económicas.
El Hombre Político resume todos los movimientos libertarios que ensayó en siglos pasados y durante los años sesenta y setenta del siglo XX. Libertad de conciencia, de pensamiento, de acción, de participación.
¿Qué mueve al hombre? Podría ser una buena pregunta para desarrollar este capítulo. Para intentar contestarla, vamos a comenzar reformulándola para luego retomarla. Nada es estático, todo cambia, todo evoluciona. Lo que movía al hombre ayer, no lo mueve hoy. De forma que si tratamos de responder qué mueve al hombre, lo debemos plantear en términos del presente. También valdría preguntarse si lo que mueve a la masa es lo mismo que mueve al individuo. Yo creo que el individuo tiende a posponer sus razones íntimas cuando desarrolla una conciencia de masa, pero se aleja de ella cuando asimila mayor conocimiento, presionándola para actualizarla. Si muchos seres humanos tienen acceso a ese conocimiento, muchos seres presionaran a la masa y conformarán una nueva conciencia de masa que mejor les defina como individuos. Eso ocurrió en el mundo siempre y en particular durante el siglo XX. A este fenómeno le sucede el nuevo paradigma del Hombre Político.
Probablemente, hasta los años cincuenta, al hombre lo movía la necesidad del desarrollo. El mundo de la primera mitad del siglo pasado estaba, casi en su totalidad, inmerso en una ola de reconstrucción, masificación de la educación, mudanza del campo a la fábrica y de la fábrica a la oficina. De manera sencilla podríamos argumentar que al hombre lo movía, en general, el deseo de progresar.
No obstante, revisemos solo un poco de historia para aproximarnos más a la idea. Sabemos que el mundo vivió largos períodos de oscurantismo, de los cuales salió después de la Revolución Francesa. Lo que no sabemos bien, porque se nos ocultó deliberadamente, fue que la humanidad volvió a vivir períodos de oscurantismo, cuando negoció sus logros de 1789 aceptando migajas materiales. Las consignas de “Libertad, Igualdad, y Fraternidad” de la Revolución Francesa, las cambió por empleo y comodidades materiales, olvidando la justicia, la dignidad, la moral, y la libertad. A la humanidad celestina posterior a 1789 se le manipuló de tal forma que se permitieron movimientos sociales revolucionarios humanistas ( El Marxismo ) sabiendo que podían ser infiltrados y destruidos en su núcleo, como ocurrió con el comunismo soviético y el socialismo cubano, y con todas las tentativas de revolución ideológica que el siglo XX vio surgir en el cono sur. Toda revolución posterior a 1789 fue infiltrada por gente perversa y asesina que apoderándose de las posiciones de influencia cometieron toda clase de desmanes y aun hoy, en inaudita miopía se les justifica y se les considera héroes a algunos que siguen vivos y a otros que ya se fueron.
Durante los años sesenta y setenta hubo levantamientos civiles, estudiantiles y obreros en el mundo entero. El mayo francés2 del sesenta y ocho que se repitió por toda Europa y América fue seguido de una etapa silenciosa, de un vacío ideológico que el Capitalismo parecía llenar. El bienestar alcanzó a mucha gente del primer mundo mientras el segundo mundo3 enmudecía de adoctrinamiento y terror y el tercer mundo pasaba hambre y miserias sin que el primero se diera por enterado. Aun así, el silencio de los ochentas y noventas nos hizo creer que el hombre estaba satisfecho, movido por la fuerza natural egoísta de su bienestar material.
¿Qué mueve al hombre hoy? ¿Hombre Económico que busca su bienestar egoístamente? ¿Hombre psicológico, que busca reconocimiento, también egoístamente? ¿Hombre libre de sí mismo y sus tendencias autodestructivas? ¿Instinto de supervivencia, continuidad de la especie? ¿Miedo al dolor? ¿Amor, a Dios, a sí mismo, al prójimo? ¿Evolución, karma, plan de vida?
¿Deseo de prosperidad tal vez, lo cual justifica que todo el mundo cayera rendido ante el Capitalismo y fascinado con la globalización económica?
¿Si al hombre lo mueve su deseo de prosperidad, por qué no todos los hombres son prósperos?
De acuerdo con Maslow “El hombre es un eterno necesitado”. Satisfecha una necesidad, una nueva ocupa el primer plano y el ser humano hace entonces lo posible por satisfacerla, para luego, una vez satisfecha ver como una nueva necesidad ocupa el primer plano y así hasta el infinito.
Si buscásemos reconocimiento, todos los hombres harían una carrera y publicarían sus obras, se llenaría el mundo de filósofos y artistas consagrados. Si buscásemos autodestruirnos, no nos quedaría, objetivamente hablando, opción alguna salvo sentarnos a esperar la gran catástrofe, el cataclismo final y definitivo que acabe con todo. De hecho, muchos seres, llenos de realidad fatalista y de amor al prójimo, contribuirían, como los médicos que practican la eutanasia, a acabar más rápido con toda cosa que palpite.
La sociedad del conocimiento de finales del siglo XX nos condujo a generalizar el acceso al saber, y este saber nos transforma. El conocimiento produce capacidad de respuesta, y nuestras acertadas o desacertadas respuestas son proporcionales a la cantidad de verdad que hayamos asimilado. Decía Jesús hace dos mil años: “Conoce la verdad y ella te hará libre” Cuando hemos cultivado el intelecto, la razón y la lógica en detrimento de la intuición y la percepción, hemos perdido capacidad de asimilación de verdad, nos hemos limitado, y con ello hemos limitado nuestras respuestas a las condiciones que nos presentó la vida. Pero el desengaño que nos produce el desacierto, el sufrimiento que nos ganamos con nuestros yerros, nos traen irremisiblemente hacia la búsqueda del camino correcto. Nos impelen a satisfacer la más antigua necesidad que el materialismo no pudo satisfacer. La libertad plena, y eso nos mueve hoy.
Sin embargo, creo que el hombre se acerca a una noción de sí mismo un poco más integral y menos sencilla que la simple dualidad cartesiano-cristiana que nos caracterizó antes de 1789 y después de 1955. Me refiero a una concepción de un hombre cuya conducta es influida por factores metafísicos ( Sócrates, Platón, ), existenciales (Nietzsche), psicológicos (Freud), religiosos (Todas), sociales (Rosseau), económicos (Smith, Marx...) políticos..(Platón, Aristóteles)...
¿Qué mueve al hombre?4 La idea de la libertad como motivador, cómo fin ulterior es fascinante.5 La libertad de todo lo que le oprime, aún de la razón. (¿No es acaso opresora la racionalidad?)
Quizás en nuestro inconsciente este archivada la memoria de un estado de libertad-felicidad-totalidad, que buscamos eternamente. Quizás, porque no lo sabemos a plenitud, buscamos en el placer una salida temporal para bajar la neurosis. Quizás, por eso nunca estamos contentos con nada, y en cada logro, alcanzamos una felicidad efímera y un vacío que nos aprestamos a llenar de inmediato en alguna nueva actividad. Quizás por eso la individualista y súper capitalista sociedad norteamericana no logra todavía la plena felicidad a pesar de tanta prosperidad y bienestar material y vive en cambio atemorizada porque le inculcan la necesidad de atender su seguridad para esconderle todo el mal que hace a la humanidad cuando suscribe a los Bush en el poder.
Platón hace mucho nos hablaba de un yo que se subyuga y humilla ante una fuerza que le trasciende y que es dueña de su vida (El más allá), presentándonos de nuevo la noción del hombre integrado por un lado divino y otro humano que coexisten y se alternan. Mientras Niestzche, en “Así hablaba Zaratustra” pone el eslabón que comunica lo humano con lo divino: El Superhombre se mete en el pantano hasta la médula, se humaniza, saborea todos los placeres humanos hasta hartarse, comete todos los errores posibles y se fortalece en ello, se supera a sí mismo, vence la idea, descorre el velo, y se liberta, para luego emerger de sus miserias reinando sobre sí mismo. La humanidad entera parece haber transitado ese camino del que hablaba Nietzsche y hoy emerge fortalecida. Tal vez deberíamos llamar al hombre político, sencillamente, Superhombre.6
EL ROL DE VENEZUELA
No ahondaremos aquí en lo que está pasando en Venezuela ya que estamos viviendo con intensidad los cambios que hemos abordado extensamente en capítulos anteriores. Nos referiremos en líneas gruesas al Rol de Venezuela en el proceso de cambios que vive el mundo.
Una vez más, como ocurrió en las guerras libertadoras de Bolívar, Venezuela asume el liderazgo en la región y muestra el camino. En las guerras del siglo XIX la libertad que mostramos y contribuimos a lograr en la región, fue externa. La América Latina se libertó del yugo imperialista español asumiendo el gobierno y creando repúblicas.
La libertad, como idea, va más allá de lo material. Comienza por el conocimiento que modula el pensamiento y este el sentimiento y por ultimo la acción. La nuestra es una revolución de pensamiento.
Hoy nuestra lucha es ideológica ante todo y apunta hacia un cambio en la concepción de la vida, del derecho y de la responsabilidad ante el hombre mismo y su entorno. El Hombre Político, ya despertó en Venezuela y exige un reordenamiento que le permita desarrollarse. El actual gobierno encarna ese desarrollo mediante un interlocutor válido que adelanta reformas que permiten ese pensamiento y esa acción.
Cuando en Venezuela se implementa a partir de esa concepción de libertad interna, la democracia. Se abren, como en ningún otro país en el mundo los espacios de participación política, social, cultural7 y económica que antes le estaban cerrados y que la globalización alienaba y condicionaba.
En Venezuela como en ningún otro país en el mundo jamás, se da un impulso inédito a la economía social y al cooperativismo. Al tiempo que se fomenta una economía productiva, orgánica y auto abastecida no sólo en los alimentos y bienes básicos, sino en medios de producción y tecnología.
La democracia venezolana era célebre y considerada una de las más antiguas de la región. Sin embargo, la nuestra no era una democracia sino un sistema bipartidista autocrático y feudal muy parecido a la monarquía. Toda la corrupción del principio de la pirámide hizo en Venezuela los mismos estragos que en otros países. El elemento diferenciador, y quizás el que permite que nuestro caso sea tan visible es el nivel de pobreza de la generalidad en medio de tanta riqueza. Probablemente ningún país del mundo ha sido tan saqueado como el nuestro porque probablemente ningún país del mundo reúne tanta riqueza como el nuestro.
Otro elemento diferenciador es, probablemente, que somos el primer país en la región y en el mundo en transformar todas nuestras instituciones fundamentales sin guerra civil a escala. También el primer país en el cual el líder por el cual la gente votó, no sólo no traicionó al pueblo después aliándose con los poderes establecidos y efectuando las reformas más importantes ofrecidas en la campaña electoral, sino que, más insólito aun, los poderes establecidos no pudieron retirarlo.
Estos fenómenos impactan la vida venezolana en todos sus órdenes y tienen fuerte influencia en el mundo entero, comenzando por el continente.
El mundo entero, en particular los sectores empobrecidos y oprimidos, ha buscado salidas sin hallarlas, y Venezuela, sin violencia generalizada, muestra el camino.
Venezuela marca la pauta, construye un modelo a partir de la praxis. En Venezuela se libra una guerra civil, no contra el cuerpo de sus hermanos, sino contra su pensamiento. La nuestra es una revolución humanística, una revolución pacífica, una guerra ideológica que afecta lo económico poniéndolo en su lugar. Se sustituye lo tuyo y lo mío, por lo nuestro, sin igualarnos a la fuerza, como pretendieron otros. Y esto permite un reordenamiento general de la vida en todos sus ámbitos.
Esa es la fórmula venezolana. Actualizar sus sistemas artificiales. Estamos mostrando al mundo la fórmula sin mucho marco conceptual salvo profundizar en justicia y en la implementación de un sistema político que entrega el poder a la gente y la educa, sana y alimenta para que lo asuma.
NOTAS
1 “…Todo Estado esta conformado por una asociación de familias que tienden a un bien común, y éste bien es el objeto más importante de esta asociación de tipo política, ya que, como en todas las asociaciones que forma el hombre, sólo hacen lo que les parece bueno (…) Por todo esto, la naturaleza arrastra instintivamente al hombre a la asociación política. La naturaleza le concede al hombre exclusivamente, la palabra, mediante la cual, diferencia el bien del mal y lo justo de lo injusto, siendo esto la principal característica que lo hace distinto de los demás animales. La justicia es una necesidad social, porque el derecho es la regla de la vida para la asociación política, y la decisión de lo justo es lo que constituye al derecho. Tomado de Aristóteles, La Política, libro Primero.
2 “Los estudiantes franceses del 68 ocuparon el lugar de un proletariado europeo adormecido por el bienestar. (…) Marcuse indicaba que, en el capitalismo avanzado, las clases trabajadoras habían perdido su potencial revolucionario. Los estudiantes franceses superaron el cerco de la alienación trazado por Marcuse, porque su movimiento atrapó también a los obreros franceses. La vanguardia cultural estudiantil se había convertido en vanguardia política (…)La idea de que había reservas insurreccionales en los más grandes países capitalistas (el Mayo de Francia fue un mayo europeo: turinés, romano, berlinés y también un mayo californiano), chocaba sin que yo tuviera demasiada conciencia teórica, con otra idea: la de que la revolución iba a avanzar de la periferia hacia el centro, traída por los condenados de la tierra, como Franz Fanón llamaba a los campesinos.” Beatriz Sarlo, Tríptico Revolucionario.
3 El comunismo soviético y chino.
4 “ Esta mañana, antes del alba, subí a una colina para mirar el cielo poblado, y le dije a mi alma: Cuando abarquemos esos mundos, y el conocimiento y el goce que encierran, ¿ Estaremos al fin hartos y satisfechos? Y mi alma dijo: No, una vez alcanzados esos mundos proseguiremos el camino”. Walt Whitman. Hojas de Hierba. Editorial Lumen, 1969.
5 Dentro de la especie animal, únicamente en el hombre se da el hecho asombroso de tener que re-crearse. Por ello todo su hacer estará impregnado de juicios de valor. Cada instante, cada día, trae renovadas proposiciones ...) Si interrogamos por el origen del perenne impulso para dejar de ser lo que se es, del nervioso deseo de querer ser en otra cosa, la respuesta es el impulso hacia la libertad; por esta incitación todos los seres humanos se sienten urgidos a dejar su estado; es como si cada ser deseara fugarse, liberarse de su realidad existencial (…) La apetencia de libertad se materializa cuando se logra la incorporación de los bienes deseados, pero incorporarlos significa gozarlos y el gozarlos, disolverlos y al disolverlos se disuelve también el concepto de libertad, simplemente por el hecho de haber sido aprehendido y gozado; entonces comienza a cesar la convicción de vivir en libertad. Disueltos por el goce, ahora el ser apetece otros bienes que mientras no los hace suyos los vive con el desasosiego de lo necesario. Así el ser humano recorre su infinito camino movido por el impulso irrefrenable de libertad, salta dialécticamente de categoría en categoría, conquista mundos hasta ayer inaccesibles y avanza sin término” Guillermo Nolasco Suárez. Estudio crítico a la traducción que de Hojas de Hierba de Jorge Luis Borges (Editorial Lumen, 1969).
6 Así Hablaba Zaratustra. Friedrich Nietzsche Biblioteca Nietzsche. Alianza Editorial, 1972.
7 Hoy día se asiste al Teatro Teresa Carreño y al lado se tiene a un aristócrata y detrás a un Tupamaro del 23 de Enero.
FUENTE
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