lunes, 21 de julio de 2014

No olvidemos la historia, debería repetirse (20 de julio de 1976)


Autor: Capitán Eloy Villacrez

Hace 38 años un grupo de patriotas, civiles y militares, no aceptamos la felonía de Morales Bermúdez contra Velasco y escribimos una página de dignidad que ha pretendido ser olvidada, constituye un hito importante en las luchas sociales de nuestra Nación. Con esta página de recuerdo, saludo a la gran cantidad de comprometidos que sacrificaron su vida, estabilidad y familia, para dejar a nuestros hijos un país con justicia social.

Los hechos:

El 06 de agosto de 1975, era el día “D” para recuperar Arica y Tarapacá, los guerreros del Perú de aire, mar y tierra, estábamos aprestados desde antes del 18 de febrero, cuando se reunieron Banzer y Pinochet en “El abrazo de Charaña”, fue un acto desesperado en Chile de Pinochet, al ofrecer una salida soberana al mar a Bolivia, por Arica, con el objetivo de impedir el ataque de nuestras tropas.

Llegó a conocimiento de los chilenos que de concretar el ofrecimiento de entregar la salida al mar a Bo, nuestra Fuerza Armada, con 400 blindados del ejército de tierra y 1200 paracaidistas, con nuestra flota aérea, fuerzas navales y miembros de la Guardia Civil para el control poblacional, irrumpiríamos hacia Arica, Tarapacá y Antofagasta, en tres columnas, una por la costa y otra por las estribaciones de la cordillera con dirección a Iquique y un envolvimiento vertical(paracaidistas), se sabía que en los territorios peruanos en poder de Chile sólo habían 30 blindados antiguos “Sherman”. Frente a esa determinación de Velasco, retrocedió Pinochet, desistió del ofrecimiento, dejando un sabor de burla a las aspiraciones de Bolivia.

“El CONTRALMIRANTE CHILENO RAFAEL GONZALES: EN LA LUCHA DE LAS NACIONES POR SU SUPERVIVENCIA, NO HAY ESPACIO PARA LA INGENUIDAD, LA SIMPATIA, LA HERMANDAD, LA SENSIBILERIA. Chile y Bolivia, en su artículo del 9 de julio del 2012, cuando afirma “También, debemos recordar, como un antecedente cercano, que en 1975, durante el Gobierno Militar, el Perú, bajo la presidencia del General Velasco Alvarado, se preparaba para atacar a nuestro país, encontrándose nuestras FFAA muy debilitadas en lo que se refiere a material de guerra. Esta amenaza se venía gestando desde fines de 1973. Junto a lo anterior, Chile sufría un boicot mundial por haberse liberado del comunismo internacional. En este contexto, el Gobierno Militar negoció con Bolivia un corredor con salida al mar al norte de Arica, lo que se conoció como “Negociaciones de Charaña.”

Estados Unidos (Kissinger) comprendió que la decisión de Velasco para recuperar Arica y Tarapacá era irreversible, perder la guerra por parte de Chile, representaba la caída del régimen y la izquierda volvería al poder frente al anarquismo que genera la derrota. Con ese panorama maquinaron el golpe de estado para sacar del poder a Velasco, ubicaron a los felones con el cabecilla Morales Bermúdez.

La felonía fue detectada por el Grl. Gilardi, puso al corriente a Velasco de la conspiración de generales del entorno, entre ellos Richter, Graham, Vargas Prieto, Fernández Maldonado, Rodríguez Figueroa, Sala Orosco, Bellina, Sánchez y otros más. No se sabe si Velasco quedó convencido o no, se limitó a llamarles la atención exigiéndoles lealtad a los conspiradores, desoyendo la recomendación de Gilardi, Meza Cuadra y de Ibáñez, que lo prudente era pasar al retiro a la mitad de los conspiradores y al resto quitarles mando de tropa.

Por esta llamada de atención, los plazos para concretar la traición se retrasaron, no pudieron articular el golpe antes del 06 de agosto de 1975, fecha prevista para el ataque de nuestras fuerzas, en un acto de audacia Morales Bermúdez solicitó postergar la orden de invasión por 30 días, aduciendo el no haber completado el sistema de defensa antiaérea. Dos días antes del ataque (04 ago 75), llegó la contraorden a todas las unidades comprometidas con la invasión, los paracaidistas que estábamos en el Cuartel Salaverry de Arequipa, para el salto del 06 de agosto nos vimos precisados a desactivar el avituallamiento y desarmar el equipo aerotransportado, de igual manera el resto de unidades, desactivaron todo lo previsto hasta nueva orden.

La conspiración de la felonía avanzó, el Jefe de Tacna General Artemio García había convencido a la mayoría de mandos para sublevarse contra Velasco, colocando como motivo su mal estado de salud. “La cabecera golpista sería la heroica ciudad”, paradojas del destino, la seguridad de los golpistas estaba en Chile, si algo salía mal se refugiarían cruzando la frontera y pedirían protección, se sobreentiende que darían a conocer a Chile los planes de defensa y ataque de nuestras fuerzas.

Los golpistas con Morales Bermúdez llegaron a Tacna el 27 de agosto con el “paraguas” de conmemorar la vuelta al Perú de Tacna, fecha emblemática y de alto valor patriótico.

Algunos Coroneles no sabían de la traición, como fue el caso del que años después, sería Comandante General del Ejército, en 1975 el Coronel Julia, Jefe de la Caballería en Tacna en la frontera, como es sabido dentro de la doctrina de guerra, las unidades de caballería blindada en frontera, son las que están en permanente enganche con las tropas del enemigo, al ser convocado a la reunión de comando manifestó que las unidades de caballería blindada estaban totalmente aprestadas para cruzar la frontera, Morales Bermúdez le dijo “la acción militar no es contra Santiago sino contra Lima”, la noticia fue demoledora, lo peor era que la mayoría de los mandos de los mandos estaban de acuerdo con derribar a Velasco.

Las explicaciones para postergar el ataque fueron de que “los chilenos sabían sobre la invasión y no sería una sorpresa, luego fijarían otra fecha en el tiempo más corto”, pasaron los meses y las postergaciones se sucedieron y se alargaron los plazos, a los oficiales que habíamos demostrado mayor vehemencia en el ataque a Chile, fuimos cambiados de colocación a oficinas del Cuartel General.

El punto de quiebre, fue el 24 de abril de 1976, en el cuartel San Martín, día de la Ingeniería Militar, los oficiales nos presentamos a Fernández Maldonado, que era Comandante General del Ejército, para pedir que un subalterno dirigiera algunas palabras al gobierno en pleno y a los 400 oficiales reunidos, como parte de la celebración del día de la Ingeniería militar, para poder expresar en público nuestro sentimiento. Fui designado para dirigir la palabra, dije “Soy el capitán Eloy Villacrez, me dirijo a usted Señor Presidente de ingeniero a ingeniero, para decirle que hay preocupación en los oficiales sobre el rumbo que se está imprimiendo a la revolución y la demora en llegar a Tarapacá, comienza a sentirse un olor a traición”, hubo un aplauso cerrado de los oficiales y desconcierto en los mandos, subieron al escenario numerosos generales y coroneles para evitar que siguiera hablando. Cuando subió al estrado el único oficial decente del grupo de Morales Bermúdez, el Comandante Guillermo Bazo, recién entregué el micro, el resto de generales y coroneles no merecían el menor respeto.

A partir de ese día sentimos que Fernández Maldonado, comenzó a alejarse y mantener distancia, al punto, en una ocasión al estar reunidos en el Cuartel General como regularmente lo hacíamos, se dirigió a Fernández Salvatecci y a mi persona, nos dijo “todo lo que se haga será con pancho (Morales Bermúdez), nada sin él”. El punto culminante fue a principios de junio de 1976, en una reunión de rutina en el Cuartel General, a Fernández y a mí nos dijo, “Pepe (Fernández), estoy firmando una orden para que vayas a estudiar inteligencia en la URSS, en una alta especialidad de cuatro años y tu Eloy vas a Francia a seguir el curso de post grado en ingeniería, también por 4 años, uno para aprender el francés y tres del curso”. Tomé la palabra le dije Mi general estamos ad portas de una guerra con Chile y usted me dice para dejar el país, le pido me explique, de la misma forma se expresó Fernández, debo agregar que el grado de confianza con el General Fernández Maldonado era total, al punto que le dije si me destina a Francia, sólo me queda pedir mi pase al retiro.

Luego de estos incidentes, intuimos que el Grl. Fernández Maldonado había perdido fuerza, nos reunimos un grupo numeroso de oficiales y decidimos preparar una insurrección popular, con iniciativa inicial de parte de diferentes cuarteles y unidades, comprendimos que el tiempo era muy corto, para ese efecto desde tiempo atrás el Mayor 
José Fernández Salvatecci había concebido crear un organismo clandestino formado por civiles y militar es, todos líderes sociales y oficiales prestigiados en el Ejército, que se denominó “LA ORGA”, con el objetivo de unir voluntades para alcanzar el poder y que la revolución de Velasco recupere la dirección del proceso.

Esta organización fue realmente una red sistematizada con métodos de análisis de sistemas y organización secuencial, que en esa época se llamaba pert/cpm, dentro del rubro de la disciplina de Investigación de operaciones.

Esta red con sub redes de grupos políticos, militares y sociales, con capacidad de acción política en todo el país, estaba estrictamente compartimentada y actuaban dentro de un frente de masas o entidades gremiales, cumpliendo tareas concretas, los únicos que tenían conocimiento de la totalidad de las operaciones éramos José Fernández, Sánchez Carlessi y Eloy Villacrez, con la finalidad de evitar la represalia, lo cual se cumplió, ninguno de nosotros dio conocer ni la metodología ni a las personas de la insurrección, los que caímos fuimos 6 dirigentes, quedando a salvo la totalidad de los cuadros, a pesar de la tortura y los ofrecimientos de perdón y olvido que hizo el gobierno.

Considero importante dar a conocer ahora esta metodología de toma del poder, puede ser útil en las condiciones actuales, cuando nada sirve de lo hecho por la clase política desde la caída de Velasco. Somos testigos del nivel de corrupción del ejecutivo, legislativo, judicial, gobiernos regionales, municipales y organismos autónomos, casi la totalidad actúan dentro de la oferta y demanda, vendiendo el futuro con utilidades personales y los otros se desempeñan como voceros del narcotráfico, que se da el lujo de colocar autoridades en las elecciones.

Como no hay interés en seguir dando diagnósticos, como hacen todos los que se dicen analistas, sin dar soluciones, dentro de los límites que impone la seguridad, a personas interesadas se les comunicará, como llevamos a cabo esa acción, puede ser útil con algunas variaciones, cuyas líneas generales se pueden describir a continuación.

Nosotros, soldados y políticos honestos, en ese entonces decidimos “Iniciar la acción militar en el Cuartel La Pólvora de Lima, desplazamiento con tropas de infantería de ese lugar hacia Palacio de Gobierno y emplazamiento de cohetería en los contrafuertes del Cerro. San Cristóbal, para amagar con el lanzamiento de cohetes sobre las instalaciones de la Presidencia en caso haya resistencia, neutralizar la División Blindada, con tropas del Batallón de Tanques, captadas para la insurrección, apoyo popular de organizaciones de base, que recibirían armamento en CUAVES, para organizar la ofensiva y la neutralización de unidades leales al régimen traidor, todo ello coordinado radialmente por radio Unión”

Se comprende la complejidad de las operaciones y la coordinación implicaba varios cientos de dirigentes, ahora 38 años después, estoy seguro que algún nombre omitiré, pido disculpas, estuvimos el 20 de julio de 1976, cumpliendo diferentes tareas para derribar a Morales Bermúdez, los militares Fernández Salvatecci, Lora Muga, Huarcaya, R. Córdova Rivera, A. Del Pozo Galván, E. Sosa, Denis Arias, Julio Velarde, Héctor Portela, E. Villacrez, Calep Gonzales, C. Pino, J, Ugarte, Holguìn,, Velasquez, A. Loayza, el Crl. Justo Jara fue informado, aceptando con valor el reto, igualmente el Crl. Vásquez Pancorbo, el, Crl. Campos Montoya y otros más. Por el lado civil Manano Benza, R Roncagliolo, Carlos Urrutia, Walter Sacaico, Constante Traverso, A. Mar, E. Portocarrero, Shango Aragón, Sánchez Carlessi (materia gris del alzamiento), G. Trigoso Edery, Juan Márquez, Avelino Mar, J. Delgado, V. Villacrez, Bladimiro Guevara, V. Barnet, W. Palacios, V. Gálvez, M. Echeandìa, M. Tincopa, Juan Márquez, V. Mazuelos, O.Balbuena, H. Santome, S. Sandoval, Carlos Rodríguez. M. Herrera, A. García, fue informado Ricardo Letts, con valor y decisión aceptó el reto. Todos ellos merecen una página en la historia social de nuestra patria.

La insurrección se inició en el cuartel “La Pólvora” los principales actores militares nos constituimos a la unidad con la anuencia de los oficiales comprometidos con el alzamiento, algo se había filtrado puesto que unidades del cuartel Barbones comenzaron a desplazarse para cercarnos en la Pólvora, comprendimos que al haber perdido la sorpresa, era inútil enfrentarnos, por el número reducido de nuestros efectivos, decidimos unos cuantos oficiales abrirnos paso usando las armas y constituirnos a la División Blindada, habíamos recibido información que uno de nuestros oficiales más decididos el Capitán Héctor Portela había tomando control de su unidad neutralizando al jefe y al mayor ejecutivo, cuando nos acercamos a la Blindada, estaba rodeada por efectivos.

Frente a ello decidimos desarticular toda la operación y salvar los cuadros civiles y militares, procedimos a incinerar la totalidad de la documentación que habíamos formulado, asumiríamos la responsabilidad Fernández Salvatecci, Gonzales, Villacrez y Portela. El problema mayor era devolver a Chorrillos los 300 fusiles y 4 ametralladoras con cien mil cartuchos que habíamos extraído de los almacenes, con algunos altibajos se devolvieron las armas.

Rindo mi homenaje a los que participamos, cambió la vida de todos nosotros, se rescata la decisión y valor de todos, fue un acto sublime, de servicio a nuestro pueblo y a la patria, podemos afirmar que el logro concreto de esta acción civil-militar, junto con otras acciones realizadas por otros oficiales subalternos, como fue la acción del Capitán Fernández Servat y sus compañeros, y un atentado fallido, hicieron que el felón Morales dijera, podemos controlar marchas, huelgas y protestas, pero controlar a otros soldados es muy difícil, eso fue probablemente la gota que derramo el vaso y decidió la entrega del poder, algo así las fuerzas del pueblo debían hacer en este siglo XXI, junto a los soldados subalternos, los que no tienen las manos manchadas de sangre peruana, para que una nueva hornada de políticos decentes arriben al poder y alcancemos el desarrollo, al ser conscientes que estas elecciones que se avecinan sólo servirán para seguir enriqueciendo a unos sinvergüenzas. .

Por nuestra Nación y su pueblo, si Tacna volvió, Arica y Tarapacá volverán.