sábado, 26 de abril de 2008

Gonzales Posada ve al MRTA donde no existe.............

"Tan cierto es eso que el presidente del Congreso, Luis Gonzales Posada, le tuvo que atribuir al MRTA la autoría del atentado del centro comercial El Polo para demostrar, ante los micrófonos amigables de RPP, “que el MRTA sigue siendo un peligro”. Todo el mundo sabe que ese atentado con nueve muertos fue reivindicado y ejecutado por una célula remanente de Sendero, de cuya ominosa actualidad, en el Vrae por ejemplo, nadie duda".

Tomado de
http://despertar.fullblog.com.ar/post/matemos-a-soberon-711209218964

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Articulo del 2002
http://www.lainsignia.org/2002/agosto/ibe_149.htm

Los acusados por el atentado de El Polo podrían ser inocentes


Carlos Landeo Ponce
Carta Abierta-Iniciativa Ciudadana. Perú, agosto del 2002.


Róger Torres Velázquez, Lucy Romero Acosta y Lidia Nidia Vázquez Zevallos, quienes fueran presentados el pasado mes de junio como integrantes de la banda terrorista que atentó con un coche bomba el 20 de marzo contra el Centro Comercial El Polo, causando 9 muertes, en realidad serían inocentes de este crimen. Así lo afirman sendas investigaciones difundidas el 25 de agosto por el programa Contrapunto, de Canal 2, y el diario La República. En el caso de las tres personas aparecen claras pruebas de descargo que demostrarían su presencia en Chiclayo el día del atentado y que refutan por su base una acusación policial que se muestra frágil y cuestionable.

Como se recuerda, el Centro Comercial El Polo está situado frente al local de la embajada de Estado Unidos y sufrió un atentado terrorista con coche bomba días previos a la visita del presidente George W. Bus a Perú.

Róger Torres es un artista chiclayano, cultivador de la poesía y la declamación. Según el jefe de la Casa de la Cultura de Chiclayo, Dr. Otoniel Ubillús, el día del atentado Torres estuvo con él en esa ciudad preparando una actividad cultural. Este funcionario no duda en afirmar con seguridad que Torres "es inocente", de la misma manera que lo hacen otros artistas con quienes el acusado estuvo ese día. El propio general Miyashiro, jefe de la DINCOTE, reconoce que no existe contra él ningún antecedente por terrorismo. En el caso de Lucy Romero existe constancia de la entrega de una solicitud ante una dependencia del ministerio de Educación al mediodía del 20 de marzo, día del atentado. Lidia Vásquez registra en el mismo día su asistencia al recojo de alimentos en el comité del vaso de leche de su barrio.

La acusación policial se basa en el reconocimiento de estas personas por el taxista que fue secuestrado y dopado por los terroristas para robarle su vehículo y perpetrar el atentado. El taxista los habría visto por el espejo retrovisor. En realidad la acción policial contra los acusados no proviene de un seguimiento sistemático sino del hecho, más bien casual, de su detención a consecuencia de un escándalo surgido en una fiesta a la cual habían asistido los tres en el local de la asociación de pequeños comerciantes de Moshosheque, en Chiclayo.




Una investigación cuestionable

Es allí cuando empiezan los problemas para ellos porque sí es cierto que las dos mujeres registran antecedentes por terrorismo, aunque se trata de hechos antiguos por los cuales purgaron sentencia. Ambas afirman que desde entonces llevaron una nueva vida alejada totalmente de Sendero Luminoso. Nada hay que parezca desmentir esta afirmación. Ciertamente, tener antecedentes de este tipo es un punto de partida para cualquier investigación pero no es determinante para establecer responsabilidades. Antes es necesario sopesar todos los elementos disponibles, lo que parece no haber sucedido en este caso.

Hay entonces una investigación policial cuestionable. El general Miyashiro, jefe de DINCOTE, se ve obligado a decir ante la periodista Carola Miranda respecto a Róger Torres: "No se puede acusar a la policía de inepta o de ineficiente cuando teniendo él elementos que pueden demostrar su inocencia, no lo dice". Pero Róger Torres responde: "No escucharon nada (...) hicieron caso omiso" a todos sus intentos de aclarar su caso. Lo mismo se puede aplicar al caso de las dos mujeres.




Revisar el caso: una obligación legal y moral

Es urgente la revisión de este caso porque tres posibles inocentes se juegan una inminente cadena perpetua. Pero también porque está de por medio el bienestar de una niña, la hija de Lidia Vásquez, que hoy, separada de su madre, se encuentra recluida en un albergue infantil. Y porque el caso, que nos sugiere desagradables resonancias de los numerosos hechos de esta índole registrados en la década de Fujimori y Montesinos, no debe ser tolerado en una época que pretende corregir los extravíos pasados del poder y en la cual, por el escaso número de casos de terrorismo, se puede y se debe exigir, con derecho pero también con realismo, que las investigaciones sean impecables.

El Ministerio del Interior y el Presidente de la República, que avalaron esta frágil investigación reclamando para el gobierno sus aparentes méritos a través de una concurrida conferencia de prensa, tienen la obligación moral ineludible de contribuir a resolver el caso disponiendo su revisión y alcanzando los nuevos elementos al juzgado competente.




Se espera informe de la Defensoría del Pueblo

Ha trascendido que la Defensoría del Pueblo, que conoce el caso desde hace algunas semanas, prepara un informe al respecto, preocupada por la suerte de unos acusados que con toda evidencia serían inocentes y ante el infructuoso resultado de las gestiones reservadas que habría hecho para persuadir a las autoridades del Ministerio del Interior de la necesidad de revisar el caso. El informe que la Defensoría ha de emitir será un elemento importante para hacer posible una necesaria y sana rectificación de las autoridades de gobierno, pero sobre todo para cambiar por justicia la desgracia de tres inocentes.




Perseguir a los verdaderos terroristas

Entre tanto, urge intensificar la investigación del atentado contra el Centro Comercial El Polo y la persecución de los auténticos terroristas para impedir que Sendero Luminoso vuelva a convulsionar la vida del país. En esa labor no debe olvidarse que las investigaciones mal hechas y carentes de sustento debido sabotean y confunden en lugar de abrir camino a la identificación de los verdaderos responsables. Y tampoco debe olvidarse jamás que negarse a rectificar un error es siempre peor que cometerlo.
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