Leyenda del soborno en 6-0 de Argentina al Perú en 1978 volvió a sonar fuerte
La vieja herida se abrió otra vez con la publicación del libro 'El hijo del ajedrecista 2' que implica a dirigentes, al DT y a tres jugadores peruanos
Tomar como ciertas todas las cosas que Fernando Rodríguez Mondragón cuenta en su libro "El Hijo del Ajedrecista 2" es un acto arriesgado. El colombiano asegura con distintos detalles y nombres propios que en el partido entre Argentina y Perú en el Mundial de 1978 hubo un millonario soborno en el que participaron dirigentes, cuerpo técnico y tres jugadores peruanos. El autor narra cómo su tío, el narcotraficante Miguel Rodríguez Orejuela, se encargó de concretar el acercamiento entre los gobiernos militares de Argentina y el Perú.
El Comercio llegó hasta una calurosa población de Colombia donde el primogénito de Gilberto Rodríguez Orejuela 'El Ajedrecista' y sobrino de Miguel --los capos que invadieron de cocaína a EE.UU. en 30 años de narcotráfico, acumulando una incalculable fortuna-- vive hoy modestamente.
La trama --dice Fernando-- se la contó Miguel Rodríguez en el 2003. "Charlamos horas cuando compartimos cautiverio en una cárcel de alta seguridad en Colombia", relata Fernando, quien detalla este oscuro pasaje futbolístico en un capítulo de su libro.
"Lo puedo afirmar: mi tío Miguel Rodríguez Orejuela intercedió y, con su palabra de reconocido narcotraficante, garantizó el soborno para que en 1978 la selección peruana se dejase golear por Argentina y allanase el camino para que los gauchos fueran campeones mundiales", añade. Como se recuerda, los dirigidos por César Luis Menotti necesitaban vencer a Perú por al menos cuatro tantos, una empresa dura para cualquier selección. El resultado fue aquel polémico 6-0.
Consultado sobre cuál era la motivación de Miguel Rodríguez para intervenir en un tema al que Colombia era ajeno, Fernando responde: "Con el dinero del narcotráfico se puede comprar lo que quieras y mi tío, que le apasionaba el fútbol, era dueño del América de Cali y de unos 150 pases de jugadores extranjeros, entre ellos varios jugadores gauchos, y si Argentina se coronaba campeón mundial sus jugadores valdrían mucha plata. Él fletó un avión e invitó a varios amigos a Buenos Aires para presenciar el Mundial en 'patota' como decimos en Cali".
"La situación era difícil para los argentinos, quienes tenían solo dos goles acumulados, mientras que Brasil llevaba 5 goles a favor, lo que lo ponía prácticamente en la final. Pero faltaban dos partidos decisivos: Brasil contra Polonia y Argentina contra Perú. Los dos partidos se debían jugar el mismo día a la misma hora para que ningún equipo tuviese la ventaja de saber cuántos goles debía marcar", relata.
"Ahí se da el primer campanazo: la FIFA metió la mano y atrasó tres horas el partido Argentina-Perú. Brasil derrotó a Polonia 3 a 0 y Argentina supo que debía ganar por una ventaja de 4 goles". Y agrega: "Mi tío tenía negocios y era amigo de Teófilo Salinas, así que por eso lo contactaron para que 'ayudara' con los peruanos".
Según Fernando, el capo reunió, en un reservado del hotel Sheraton de Buenos Aires, al almirante Carlos Lacoste, organizador del Mundial; dos generales argentinos representantes de la junta militar que gobernaba ese país; Teófilo Salinas, presidente de la Conmebol, quien llegó con el presidente de la Federación Peruana de Fútbol, vicealmirante Augusto Gálvez; un capitán de apellido Mora, dos dirigentes del fútbol peruano y el técnico Marcos Calderón.
"Todos aceptaban participar, pero Marcos Calderón era el único que desconfiaba del pago. No creía en los militares. El cártel de Cali podía poner dinero en efectivo en cualquier lugar del mundo, así que mi tío, tres horas antes del partido, le dio a Calderón 250 mil dólares en efectivo para que los repartiera entre el cuerpo técnico. Ese dinero se lo devolvieron luego los argentinos".
"También en ese momento conversan con Juan Muñante, Rodulfo Manzo y Raúl Gorriti. A cada uno se le pagó 50 mil dólares para que colaboraran en la goleada. La federación del Perú recibió después 10 millones de dólares por la operación".
Fernando Rodríguez admite que no tiene pruebas físicas del ilícito, pero insiste en que no hay mejor prueba que ver el encuentro: "Miren lo que hace Muñante a los seis minutos de iniciado el partido, miren lo que hace Gorriti en el segundo tiempo".
AMISTADES PELIGROSAS
Fernando Rodríguez también recuerda a otros jugadores peruanos que se relacionaron con el narcotraficante colombiano. "Recuerdo que mi tío Miguel se trajo para el América a César Cueto y a Julio César Uribe y les organizaba fiestas y les daba plata por debajo de cuerda".
Asegura que a quien más recuerda es a Oswaldo 'Cachito' Ramírez cuando era veedor de la FIFA. "'Cachito' se las arreglaba con Salinas (Teófilo) para siempre ser veedor de los partidos que jugaba el América en Cali. Mi tío era generoso con él y le pagaba el hotel y los viáticos para que el peruano se quedase con la platita que le daba la FIFA. Aparte le daba algunos regalitos pequeños como un reloj, alguna joya".
Recuerda sonriendo que Miguel Rodríguez quería en el América a Teófilo Cubillas, pero el 'Nene' no solo rechazó las múltiples ofertas que le hizo, sino que también le mandó a decir que "él no iba a ir a jugar nunca en el equipo de un mafioso".
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