El perfecto idiota peruano

La República, Lima, 10.09.2009



En el famoso libro, “Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano”, famoso por quiénes lo escribieron, no por su calidad o acertado análisis, tres novelistas o escritores latinoamericanos, entre los cuáles se cuenta a Alvaro Vargas LLosa (¿lo conocería alguién sino fuera hijo de un padre famoso?) critican y se mofan de la posición de cierto sector político.



Pero, más bien en el Perú impera una absurda y disparatada corriente ultra neoliberal, que más sesgo tiene de ideología que de análisis de la realidad. Es el perfecto idiota peruano, el que cree y piensa que nada debe impedir ni poner obstáculos a la construcción de obras de infraestructura, o carreteras, no importa que se destruyan sitios arqueológicos, que se descubren frecuentemente a lo largo y ancho del país. No importa que se afecte a las poblaciones asentadas en las cercanías de los asentamientos mineros; tampoco importa que se destruyan bosques ni se arrasen tierras agrícolas, ni que se envenenen los ríos que utilizan para casi toda finalidad poblaciones nativas de la selva.



Progreso, para ellos, es que el ministro Carranza muestre cuanto subió el PBI, pero no se habla nada de mejorar los derechos laborales de los trabajadores, es que para ellos eso retrasa el progreso, puede desanimar a los empresarios poderosos de invertir en el país. Hay que ofrecerles el cholo barato que trabaja sin descanso. No importa que los que se quedaron sin trabajo manejen un taxi 16 horas al día para ganar lo mínimo para mantener a su familia. Para el perfecto idiota peruano, eso demuestra que el peruano es creativo y no se queda casi nunca sin empleo.



La crisis económica mundial y el descenso tremendo en el crecimiento del país, de 10% el 2008 a 1% este año, no parece haber afectado mayormente a la población de menores recursos. Es que para ellos las cifras de crecimiento son solamente datos estadísticos. El Perú creció varios años a niveles impresionantes y los pobres y clasemedieros ni lo sintieron; jamás se aumentaron los sueldos, pese a las ganancias astronómicas de muchas empresas en los últimos años.



Pero para nuestros idiotas locales, los peruanos promedio deben agradecerles que por lo menos les dieron empleo, y que no se quejen por trabajar sin protección social, ni sueldos adecuados, ya bastante suerte es que tengan empleo. Y las ganancias sólo deben beneficiar a los grandes empresarios que son quiénes se juegan el pellejo, como la minera Doe Run, que hace lo que le da la gana.



Y ahora el gobierno procede a quitar toda protección al patrimonio arqueológico y cultural: Ahora las obras de infraestructura no necesitan certificación del Instituto Nacional de Cultura de que no existen en el área restos arqueológicos, cuando encontramos constantemente tesoros fabulosos a lo largo del país, que en adelante serán destruidos. ¿Qué hubiera pasado si todavía no se hubieran descubierto, como sucedió hace relativamente poco, joyas arqueológicas tan maravillosas como las tumbas del Señor de Sipán, o de la Señora de Cao? Cualquier obra podría haber arrasado los restos y se habrían perdido para siempre. Y para los que sólo tienen una calculadora en la cabeza, estos hallazgos generan ingresos interesantes.



Actualmente se debate un proyecto de ley para trasladar al Congreso, la facultad de decidir y declarar qué lugares o edificaciones deben considerarse Monumentos Históricos. ¿El Congreso en una labor técnica? ¿Qué sabe el burro de alfajores?... Asimismo, se formará una Comisión para “des-monumentalizar” millares de edificaciones declaradas Monumento por el Instituto Nacional de Cultura (INC). Es que no hay que parar la construcción de edificios y la declaración de un inmueble como Monumento lo impide.



Para ser más acorde con su política el gobierno debiera desaparecer el INC. ¿Existe hoy realmente esta entidad? Y claro Alan García se cuidó de nombrar a una directora “chi-cheñó” como la Sra. Bákula , la funcionaria más sumisa que haya tomada las riendas del INC en mucho tiempo. Es que el cargo te permite ciertas gollerías e innumerables viajes por el mundo entero. Y como dice la publicidad “nadie te quita lo viajado”.



Y para terminar, si quieren ejemplos del mundo industrializado, en Roma se demoraron treinta años para desarrollar la segunda línea del metro, para cuidar de no dañar los restos arqueológicos de la capital italiana. No es que sean perros del hortelano, simplemente piensan más allá de sus narices, o quizá debiera decir “de su bolsillo”.