jueves, 21 de julio de 2011

La historia olvidada (20 de julio de 1976) Velasco, Morales Bermúdez, Chile y el golpe que no fue

La historia olvidada (20 de julio de 1976)
Capitán Eloy Villacrez

Hace 36 años un grupo de patriotas, civiles y militares, no aceptamos la felonía de Morales Bermúdez y escribimos una página de dignidad que ha pretendido ser olvidada, es un hito importante en las luchas
sociales de nuestra nación. Esta página de recuerdo para la gran cantidad de comprometidos que sacrificaron su vida, estabilidad y familia, para dejar a nuestros hijos un país con justicia social.

Los hechos:
El 06 de agosto de 1976, era el día “D” para recuperar Arica y Tarapacá, los guerreros del Perú de aire, mar y tierra, estábamos aprestados desde antes del 18 de febrero, cuando se reunieron Banzer y Pinochet en “El abrazo de Charaña”, fecha que en un acto desesperado de Chile, Pinochet ofreció la salida soberana por Arica a Bolivia, con el objetivo de impedir el ataque de nuestras tropas. Llegó a conocimiento de los chilenos que de concretar el ofrecimiento de entregar la salida al mar a Bolivia, nuestros 400 blindados, el ejército
de tierra y 1200 paracaidistas, con nuestra flota aérea, fuerzas navales y miembros de la Guardia Civil para el control poblacional, irrumpiríamos hacia Arica y Tarapacá, en tres columnas, una por la costa y otra por las estribaciones de la cordillera con dirección a Iquique y un envolvimiento vertical(paracaidistas), se sabía que en los territorios peruanos en poder de Chile sólo habían 30 blindados antiguos “Sherman”. Pinochet desistió del ofrecimiento, dejando un sabor de burla a las aspiraciones de Bolivia.

Estados Unidos (Kissinger) comprendió que la decisión de Velasco para recuperar Arica y Tarapacá era irreversible, perder la guerra por parte de Chile, representaba la caída del régimen y la izquierda volvería al poder frente al anarquismo que genera la derrota. Con ese panorama maquinaron el golpe de estado para sacar del poder a Velasco, ubicaron a los felones con el cabecilla Morales Bermúdez. La felonía
fue detectada por el Grl. Gilardi, puso al corriente a Velasco de la conspiración de generales del entorno, entre ellos Richter, Graham, Vargas Prieto, Fernández Maldonado, Rodríguez Figueroa, Sala Orosco,
Bellina, Sánchez y otros más. No se sabe si Velasco quedó convencido o no, se limitó a llamarles la atención exigiéndoles lealtad a los conspiradores, desoyendo la recomendación de Gilardi, Meza Cuadra y de
Ibáñez, que lo prudente era pasar al retiro a la mitad de los conspiradores y al resto quitarles mando de tropa.

Por esta llamada de atención los plazos para concretar la traición se retrasaron, no pudieron articular el golpe antes del 06 de agosto de 1976, fecha prevista para el ataque de nuestras fuerzas, en un acto de
audacia Morales Bermúdez solicitó postergar la orden de invasiòn por 30 días, aduciendo el no haber completado el sistema de defensa antiaérea. 48 horas antes del ataque (04 ago 75), llegó la contraorden
a todas las unidades comprometidas con la invasión, los paracaidistas que estábamos en el Cuartel Salaverry de Arequipa, para el salto del 06 de agosto nos vimos precisados a desactivar el avituallamiento y
desarmar el equipo aerotransportado, de igual manera el resto de unidades, desactivaron todo lo previsto hasta nueva orden.

La conspiración de la felonía avanzó, Artemio García había convencido a la mayoría de mandos en Tacna para sublevarse contra Velasco, colocando como motivo su mal estado de salud. “La cabecera golpista
sería la heroica ciudad”, paradojas del destino. La seguridad de los golpistas estaba en Chile, si algo salía mal se refugiarían cruzando la frontera y pedirían protección, se sobreentiende que darían a conocer a Chile los planes de defensa y ataque de nuestras fuerzas.

Los golpistas con Morales Bermúdez llegaron a Tacna el 27 de agosto con el “paraguas” de conmemorar la vuelta al Perú de Tacna, fecha emblemática y de alto valor patriótico. Algunos Coroneles no sabían de
la traición, como fue el caso de Coronel Julia, años después fue Comandante del Ejército, al ser convocado a la reunión de comando manifestó que las unidades de caballería blindada estaban totalmente
aprestadas para cruzar la frontera, Morales Bermúdez le dijo “la acción militar no es contra Santiago sino contra Lima”, la noticia fue demoledora, pero lo que más desmoralizó fue observar que la mayoría de
los mandos estaban de acuerdo con derribar a Velasco.

Las explicaciones para postergar el ataque fueron de que “los chilenos sabían sobre la invasión y no sería una sorpresa, luego fijarían otra fecha en el tiempo más corto”, pasaron los meses y las postergaciones se sucedieron y se alargaron los plazos, a los oficiales que habíamos demostrado mayor vehemencia en el ataque fuimos cambiados de colocación a oficinas del Cuartel General.

El punto de quiebre, fue el 24 de abril en el cuartel San Martín, día de la Ingeniería Militar, los oficiales subalternos nos presentamos a Fernández Maldonado, que era Comandante General del Ejército, para
pedir que un subalterno dirigiera algunas palabras al gobierno en pleno y a los 400 oficiales reunidos, como parte de la celebración del día de la Ingeniería militar, expresando en público nuestro sentimiento. Fui designado para dirigir la palabra, dije “Soy el capitán Eloy Villacrez, me dirijo a usted Señor Presiente de ingeniero a ingeniero, para decirle que hay preocupación en los oficiales sobre el rumbo que se está imprimiendo a la revolución y la demora en llegar a Tarapacá, comienza a sentirse un olor a traición”, hubo
desconcierto, subieron al escenario numerosos generales y coroneles para evitar que siguiera hablando.
Luego de este incidente, nos reunimos un grupo numeroso de oficiales y decidimos preparar un golpe de estado, para ese efecto desde tiempo atrás el Mayor Fernández Salvatecci había concebido crear un organismo clandestino formado por civiles y militares, todos líderes sociales y oficiales prestigiados en el Ejército, que se denominó “LA ORGA”, con el objetivo de unir voluntades para alcanzar el poder y que la
revolución de Velasco recupere la dirección del proceso.

Estoy seguro que algún nombre se me escapará, pido disculpas por alguna omisión, estuvimos el 20 de julio cumpliendo diferentes tareas para derribar a Morales Bermúdez, los militares Fernández Salvatecci,
Lora Muga, Huarcaya, Córdova Rivera, Del Pozo Galván, E. Sosa, D. Arias, J Velarde, Héctor Portela, E. Villacrez, Calep Gonzales, C. Pino, Ugarte, A. Loayza, el Crl. Justo Jara fue informado, aceptando
con valor el reto, igualmente el Crl. Vásquez Pancorbo y otros más.

Por el lado civil M. Benza, W Sacaico, C. Traverso, E.Portocarrero, Shango Aragón, Sánchez Carlessi (materia gris del alzamiento),Trigoso Edery, Juan Márquez, Avelino Mar, V. Villacrez, fue informado Ricardo
Letts, con valor y decisión aceptó el reto. Todos ellos merecen una página en la historia social de nuestra patria.

El golpe se inició en el cuartel “La Pólvora” los principales actores militares nos constituimos a la unidad con la anuencia de los oficiales comprometidos con el alzamiento, algo se había filtrado puesto que unidades del cuartel barbones comenzaron a desplazarse para cercarnos en la Pólvora, comprendimos la inutilidad, por el número reducido de nuestros efectivos, decidimos abrirnos paso usando las armas y constituirnos a la División Blindada, habíamos recibido información que uno de nuestros oficiales más decidido el Capitán
Héctor Portela había tomando control de su unidad neutralizando al jefe y al mayor ejecutivo, cuando nos acercamos a la Blindada, estaba rodeada por efectivos, fue imposible ingresar para salir con esa
potencia de fuegos. Frente a ello decidimos desarticular toda la operación y salvar los cuadros civiles y militares, asumiríamos la responsabilidad Fernández Salvatecci, Gonzales, Villacrez y Portela. El problema mayor era devolver a Chorrillos los 300 fusiles y 4 ametralladoras con cien mil cartuchos que habíamos extraído de los almacenes, con algunos altibajos se devolvieron las armas. Rindo mi homenaje a todos los que participamos, cambió la vida de todos nosotros, se rescata la decisión y valor de todos, fue un acto
sublime, de servicio a nuestro pueblo y a la patria.

Reitero las disculpas de haber omitido muchos nombres, se está escribiendo la historia de “LA ORGA”, todos aquellos que cumplieron alguna tarea, por favor hacer llegar al presente correo su testimonio,
para resumirlo en un tesauro que sirva a las generaciones futuras, de este acto de servicio al pueblo y la patria.

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