viernes, 15 de enero de 2010

Ese perro abandonado de mi barrio....


Abandonado en un parque vivía aquel perro. El parque era un terral donde solo se jugaba partidos de barrio los domingos. Niños, jovenes y padres disfutaban tras la pelota. Las mujeres alegraban la jornada. Era el único día donde el perro dejaba su lugar para no ser molestado por la indiferencia. Mugroso con sarna y muchos enfermedades, además de parásitos que se encargaban de ponerlo en un estado que parecía próximo a la muerte. Nadie daba algo por él nada. Todos sabían que estaba ahí pero era sucio, enfermo y triste para gastar tiempo con él.

Ese triste perro era del barrio. Todos sabían que existía aun cuando nadie le daba un pan duro ni se ocupaban de su dolor. Nadie sabe cómo vivía pero estaba ahí. Nadie sabe como llego ni porque se quedo.

Una noche paso algo inenarrable. Nadie supo porque sucedió ni la furia y el dolor que pudo enzañarse con él. La mañana siguiente el perro sarnoso, sangrante y herido de muerte apareció implorando con su triste mirada ayuda en la acera de las casas. La mirada y la sangre, acompañada de misericordia ante tanto dolor movió la solidaridad con el perro. Muchos dejaron sus labores habituales para interesarse por aquel miserable perro. El fin de la historia no la sé! Solo sé que el perro se llamaba Haití.


Javier A. Fernández

4 comentarios:

Anónimo dijo...

q bueeeena

actvservidor dijo...

HOmbre, lo mejor que he leído al respecto. Te "linkeo".

Saluos!

Jorge Baglietto dijo...

Cruel pero real analogía política que muestra nuestro histórico desinterés por aquellos habitantes (descendientes de esclavos africanos) que habitan la isla Española desde siglos y que nunca han podido consolidarse como nación por sus constantes vaivenes políticos y de quienes han apoyado historicamente a la casta de gobernantes corruptos.

missi dijo...

He sentido una punzada... me ha dolido... un escrito genial...
Un besito de gato ^^