jueves, 24 de abril de 2008

Marinos revelan secretos de matanza de El Frontón


El Fronton.
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La Republica, 25 de Junio, 2003

Marinos revelan secretos de matanza de El Frontón
Por AMANDA GONZALES
Unidad de Investigación.-

Los efectivos navales que participaron en el debelamiento de El Frontón recibieron la orden de liquidar a los sobrevivientes, de acuerdo con el testimonio de ex marinos ante la Comisión de la Verdad.

En el debelamiento del motín senderista en el penal El Frontón, entre el 18 y 19 de junio de 1986, los terroristas que se rindieron fueron ejecutados a balazos y con armas blancas, según el testimonio rendido ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) por dos efectivos de la Marina que participaron en la operación.

Las declaraciones obtenidas por la CVR son las primeras ofrecidas por miembros de la Marina 17 años después de ocurridos los hechos, e incluyen precisiones sobre la participación del entonces viceministro del Interior,
Agustín Mantilla Campos.

La República entrevistó a los ex miembros de la Marina que detallan las características del enfrentamiento que se produjo en el desaparecido presidio en la isla de El Frontón. Sus relatos permiten establecer que los efectivos navales recibieron la orden de que no quedaran sobrevivientes. Por obvias razones, no se revelan las identidades de los testigos.

Según las declaraciones de los ex efectivos navales, el jefe de la Infantería de Marina ordenó a formación en la base de Ancón a las ocho de la mañana del 18 de junio de 1986. Todos se hicieron presentes, incluso los alumnos. Se constituyeron dos pelotones, uno al mando del teniente primero Luis Román Rodríguez y el teniente segundo Carlos Tello Aliaga.

PARTE DE GUERRA

Recién a las cuatro de la mañana del 19 de junio el comandante Héctor Lazo Galliani les informó "que iba a haber un desembarco en El Frontón, porque los terroristas presos se habían apoderado del Pabellón Azul. "Cuando llegamos, nos dimos con la sorpresa de que estaba allí el comandante Juan Carlos Vega Llona, quien reemplazó en el mando a Lazo. Había un grupo de
comandos anfibios, los FOES (Fuerzas de Operaciones Especiales) y un grupo del Ejército (comandos especializados). Estaban tratando de infiltrarse al Pabellón Azul, para hacer lo que tácticamente se llama 'ablandamiento de terreno'. Es decir, nos acondicionaban el lugar para poder hacer el avance y tomar el objetivo. Pero para entonces ya habían hecho un frustrado intento", relataron.

"El comandante Lazo se puso nervioso. Las escuadras ya no existían, hubo un desorden tremendo, el miedo se apoderó de casi todos. No había manera de tomar el objetivo, porque habían dos francotiradores en el techo del pabellón que eran muy buenos. Allí confirmamos que habían tomado tres guardias republicanos de rehenes... Gritaban todo el tiempo porque los
torturaban con fierro ardiente", dijeron.

FUEGO CONTRA FUEGO

En los baños parte de los terroristas rendidos fueron eliminados a balazos y cuchillazos.
"Un grupo de siete hombres, al mando del teniente primero Luis de la Jara, fueron por la orilla para acercarse a la escalera del lado de la playa (donde están las puertas laterales del pabellón), para aturdir a los sublevados con explosiones de granadas. Eran granadas de humo y no las
fragmentarias. Entre los siete estaban los oficiales de mar Carlos Palomo Bravo, Carlos Flores Calle y Edilberto Jiménez Guardia", explicaron los efectivos que intervinieron en la acción de debelamiento.

El técnico David Palacios Merino quiso regresar al parapeto, saltó de la orilla hacia la pequeña pared, "sacó medio cuerpo y un tiro le impactó en el corazón. Murió al instante. La gente que vio esto se quedó nula, nadie se atrevía a salir los dos metros que había que cruzar para jalarlo", narraron.

Dos tiros certeros inhabilitaron a los francotiradores senderistas ubicados en el techo, lo que facilitó el movimiento de las escuadras militares en el terreno. "Estábamos combatiendo el fuego enemigo, cuando empezó a correr la voz de que iban a volar el Pabellón Azul. Los FOES ingresaron por donde habían intentado hacerlo el tiente primero De la Jara y su grupo, y también por la puerta, con los sacos de dinamita, de explosivos plástico C-4, para
colocar las cargas", precisaron los ex efectivos que fueron parte de la acción.


NADIE QUEDA VIVO

"El edificio no se voló completamente sino que se asentó. Pero las paredes laterales sí cayeron al suelo, entonces quedó todo hueco, desde el parapeto se visualizaba todo el interior", explicaron. Mientras tanto, el alto mando coordinaba acciones con el exterior. "El comandante Vega Llona daba los avances del operativo al almirante y éste a Agustín Mantilla Campos, como un
Comando de Operaciones".

Luego que las paredes del Pabellón Azul quedaron al descubierto, los terroristas y los otros presos empezaron a salir de las ruinas. "Uno por uno abandonaban el sitio, algunos gritando sus lemas. Vimos gente con pañuelos blancos en la mano, pidiendo su rendición. Algunos intentaban salir, y entre ellos se mataban".

De pronto las órdenes cambiaron, ya no se trataba de rescatar a los rehenes y el edificio. "Llegó un nuevo pelotón, al frente del capitán de corbeta César Patrón... Se corrió la voz de que los mataran a todos", indicaron.


¿Ustedes recibieron esa orden?, les preguntamos.
"Sí, se fue corriendo la orden, porque debíamos apoyar al pelotón que había
llegado", respondieron.


¿Los terroristas seguían disparando?
No. En el hoyo que había dentro del pabellón (el sótano), ellos mismos mataban a la gente que quería rendirse. Hubo gente que lograba salir y pedía su rendición, pero la orden era disparar. Un sujeto se estaba yendo por la playa y corrieron la voz: "¡Se escapa! ¡Se escapa!", y todo el mundo disparó. Un calichín (recluta) se metió a sacarlo del agua", relataron.

Seguidamente los testigos narraron qué hicieron con los terroristas que se entregaron.

"Se comenzó a desnudar a los terroristas rendidos en la explanada frente al pabellón. Disparaban como locos a todo el personal (terrorista) que salía.
Había gente que se rendía. Los jalaban, los seleccionaban, los calateaban y los mataban de un tiro. En cada baño había un hombre calato, y gente disparándoles en la cabeza y matando con cuchillo", afirmaron.
Luego siguió la evacuación de rehenes y heridos. "Sacaron a los guardias republicanos. Los cuerpos estaban llenos de huecos. Los habían torturado con fierro quemado", explicaron: "A uno le habían puesto una sonda por el pene con un fierro por el medio, por adelante y por atrás. Dos guardias republicanos aún estaban vivos. El tercero, fallecido, estaba prácticamente descuartizado".


Tierra quemada

"Los fusilamientos comenzaron alrededor de la una de la tarde, y duraron hasta las tres, cuando se sintió el ruido del helicóptero que llegaba a El Frontón", dijeron los testigos.

De pronto se oyó el grito de "¡Alto al fuego!", porque en la aeronave llegaba el senador Armando Villanueva del Campo. Bajó a pie por el cerro donde aterrizaron, hasta la puerta, habló con el entonces viceministro Agustín Mantilla Campos unos momentos, mientras los efectivos navales
realizaban una formación general. "Formamos y nos fuimos a la explanadita (frente a la puerta y el muelle), y se sacó a siete terrucos vivos, pero completamente en mal estado".

¿Villanueva y Mantilla no entraron a ver lo que había sucedido?, preguntamos.
Al Pabellón Azul no, se retiraron. No entraron ni al pasadizo. Ningún alto mando entró. Sólo el comandante Vega Llona, porque él también hizo su avance para incentivar a la gente", respondieron.

¿Qué es 'avance'?"
Avance táctico. Entró al enfrentamiento disparando, dando aliento al personal naval. Porque si él no daba el ejemplo ni uno se movía. Llegaba a la pared, disparaba, repartía granadas y volvía a regresar. Eso fue en el enfrentamiento. Pero cuando ocurrieron las ejecuciones, él ya no estaba",
aclararon.

¿Qué pasó luego de la formación?
Llegó un nuevo pelotón, que se quedó a hacer guardia esa noche. Nosotros nos embarcamos en los botes que nos llevaron a los buques. Subieron a los siete heridos en uno de ellos. Cuando llegamos al Callao, estaban los republicanos esperándonos. Y cuando bajaron a los senderistas heridos los agarraron a palos. Además de estar heridos les dieron de alma. Se 'sadiquearon' con
ellos.

La presencia de Mantilla
Los testigos dijeron que Agustín Mantilla Campos se encontraba en el lugar durante la operación en El Frontón y que la Marina le asignó un radio operador, mediante el cual se comunicaba durante todo el tiempo con un superior que los declarantes no pudieron identificar. "No sabemos a quién Mantilla le daba parte de los hechos. Tenía un radio operador asignado. Todo el tiempo estaba con un radiotransmisor en la mano, dando cuenta de lo que sucedía", dijo. Después precisaron que fue Mantilla quien recibió al senador Armando Villanueva del Campo cuando llegó a la isla. Al arribar el líder aprista, los fusilamientos cesaron. Todo indicaría que la eliminación de los terroristas rendidos fue también de conocimiento de Mantilla.

1 comentario:

Fonzy dijo...

la orden directa fue deL EX PRESIDENTE ALAN GARCIA PERES AL COMADANTE juan carlos vega llona
EL DEVE PAGAR POR ESTOS ERRORES LOS MARINOS SOLO CUMPLIERON ORDENES