lunes, 2 de junio de 2008

Sobre el SIN: Clemente Alayo -Derechos Humanos durante regimen de Fujimori

CLEMENTE ALAYO CALDERON

El Agente de Inteligencia CLEMENTE ALAYO CALDERON sirvió bajo el mando del Jefe del CM3 cuando éste trabajó en el SIE. Se trataba de un joven inteligente, capaz y valiente, que le sirvió de mucho, demostrándole gran lealtad, a tal punto que estaba seguro que compartía con sus ideas.
Al jefe del CM3 dejó de verlo al dársele de baja, hasta que en 1979 se le acercó para ponerlo al tanto de las operaciones que el SIE ejecutaba contra su persona, permitiéndole neutralizar hasta intentos de asesinatos.
Más tarde le comunicó que había sido encargado de mi vigilancia, infiltrándose en el PSR.
En él se daba un conflicto: cumplir con lo ordenado por sus jefes y su lealtad hacia el jefe del CM3, ganando, en un primer tiempo, lo segundo .
Años después solicitó su baja y en la vida civil terminó por involucrarse en problemas policiales, siendo detenido, procesado y sentenciado.
Aquí se me presentan dos hipótesis:
a. Que siguió enlazado con el SIE, o
b. Que el SIE o SIN lo obligó a cumplir funciones a cambio de liberarlo de los problemas policiales.
Lo cierto es que continuó visitando al Jefe del CM3 hasta 1991, en que sabiendo que éste era amigo de la Dra. ELVIA ZANABRIA PACHECO, a quien la policía señalaba como «cuadro del Comité Central del Partido Comunista del Perú (SL)» y la ejecutara extra-judicialmente en mayo de 1992. Intentó tomar contacto con ella en el penal de Canto Grande, aduciendo que lo hacía de parte del Jefe del CM3, cometiendo un error garrafal, ya que le hablaba de cuestiones políticas relacionadas con Sendero Luminoso, organización a la que el Jefe del CM3 no pertenecía ni tenía contacto alguno.
No volvió a saber más de él hasta que leí en el Semanario CARETAS, del 25 de febrero de 1993, un artículo titulado: «¿DOBLES AGENTES?. Un extraño caso», que entre otras cosas decía:
«América Watch y APRODEH están investigando las denuncias y presentadas por los familiares de los suboficiales del Ejército, que luego de infiltrarse en la Asociación de Abogados Democráticos (AAD), fueron extrañamente detenidos y acusados de haberse pasado al bando enemigo. Bajo el cargo de senderistas, CLEMENTE ALAYO y MESHER CARLES -que alegan inocencia- purgan condena por traición a la patria, sin que se sepa su paradero actual. En momentos que el gobierno es cuestionado por su manejo de los DD.HH. en el país, es un caso que debe ser esclarecido.

«CENTINELA» niega cargos

«En el punto 3 de su testimonio, CARLES señala que el general JULIO SALAZAR MONROE (Jefe del SIN) en su oficina y en presencia del teniente coronel HUAMAN le ordena que comunique al agente «CHARRIERE» (CLEMENTE ALAYO) que su misión era ver la forma de «ELIMINAR FISICAMENTE Y SEMBRAR PRUEBAS QUE INCRIMINEN A CRESPO Y CARTAGENA» (ABOGADOS DEFENSORES DE ABIMAEL GUZMAN)..
«En el punto 4 relata que el 28 de octubre fue detenido por miembros de la DINTE»... «Con una capucha en la cabeza, fui conducido a un lugar en las afueras de Lima. Fui sometido, dice CARLES, a un interrogatorio con torturas por 34 días.. que se suspendió debido a que, aprovechando un descuido de mis torturadores, rompí un vaso y me corté las venas de ambas muñecas... Como resultado del interrogatorio, me hicieron firmar, bajo amenaza de muerte a mi y a mi familia, un documento en que se me acusa de ser autor del documento denominado «Centinela», cuyo contenido y existencia desconozco totalmente».
«Luego fui trasladado al Servicio de Inteligencia del Ejército, donde me esperaba el fiscal militar Coronel EP TALLEDO. Me tomaron la instructiva sin la presencia de un abogado defensor y se me acusó de traición a la patria aduciendo que existía un documento en el cual se suponía que yo colaboraba con SL».
«En el proceso que se me sigue (me acusan) de apropiación ilícita y fabricación de informes de inteligencia del agente «CHARRIERE», en el que especificaban cantidades de 80,000 y 40,000 dólares que había recibido ALAYO, lo cual es falso. La única cantidad que recibió fue 5,000 dólares. Se me procesa por un supuesto delito de traición a la Patria, que no es más que una oscura maniobra para encubrir la inmoralidad y la violación de los Derechos Humanos del cual soy testigo, condenándoseme a 20 años de cárcel basándose (solo) en presunciones».

La versión de «CHARRIERE»

«CLEMENTE ALAYO CALDERON es quien utilizaba la chapa de «HENRRY CHARRIERE». También es conocido como CARLOS RAMIREZ PACHECO, identidad que adoptó para infiltrarse en Sendero Luminoso, donde inclusive logró establecer contacto con ELVIA NILA ZANABRIA PACHECO, miembro del Comité Central y muerta el 6 de marzo de 1992, durante el «Operativo Mudanza 1».
«ALAYO también ha hecho una declaración por escrito a las organizaciones de los DD.HH., donde se lee lo siguiente: «Creí mi deber combatir el terrorismo de toda laya. Pero me di cuenta que este flagelo existe (debido) a la corrupción generalizada.. Los fondos de Defensa Nacional se quedan en los bolsillos del Director de Inteligencia, quien al ser relevado no supo explicar que hizo (con ellos), siendo sus gastos millonarios y sus frutos paupérrimos».
«En el mes de setiembre 92 se recibe la orden, a través del agente CARLES, de ELIMINAR O INCRIMINAR A LOS ABOGADOS ALFREDO CRESPO Y JOSE CARTAGENA. Como consecuencia de dicha misión se elabora el señuelo «Centinela de la revolución». (pero al fracasar el plan) se (me) incrimina en dicho señuelo como infractor de la ley (incurso) en el delito de terrorismo. A cambio de ello iba a recibir 30,000 dólares por cada abogado».
«El 9 de diciembre la DINCOTE me captura. Luego me entrevistan con el presidente de la II Zona Judicial del Ejército, quién luego me visita al penal militar, donde me dice que TODO ESTABA PREPARADO PARA CONDENAR A CADENA PERPETUA A CRESPO Y CARTAGENA Y QUE TODO DEPENDIA DE QUE SE CUMPLA CON (ACUSAR) A AMBOS. Prometió que los dos agentes (CARLES Y CHARRIERE) iban a ser absueltos bajo la figura de la ley del arrepentimiento para evitar el escándalo nacional e internacional. En el Tribunal Militar especial prometieron que, después de la apelación, absolverían a los agentes de toda culpabilidad. Se ha esperado con paciencia, soportando vejámenes y humillaciones directas. Las promesas han quedado olvidadas en el tacho de basura...»
«Por lo pronto, CARETAS, confirmó que en el atestado 231 de la DINCOTE, correspondiente a la captura de MARTHA HUATAY, no figura el documento firmado por «CENTINELA»..»
«En la oficina (de la Dra. MARTHA HUATAY), según el SIN, se habría encontrado un documento secreto que incriminaba a A. CRESPO y a J. CARTAGENA, firmado por un tal «CENTINELA».
CARETAS agregaba: «Pero aún subsisten muchos puntos dudosos. Si el Ejército les había encomendado una misión de tal naturaleza, ¿por qué después los detiene y condena? ¿Es posible que solo se trate de un problema de dinero? ¿O es que en verdad son dobles agentes puestos a descubierto al ser detenidos CRESPO y CARTAGENA? Por último, si ALAYO era mando político militar del Alto Huallaga (según el SIE) -cargo importantísimo de la secta terrorista, del que sin embargo no existe evidencia alguna que lo señale- ¿Cómo es que se le ha condenado tan sólo a quince años de prisión?. Por último, se habla también de altas sumas de dinero que habrían circulado entre los agentes y sus superiores».
¿Es éste un correcto modo de trabajar?. De todas formas éstos son los procedimientos seguidos por el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), de cuyos resultados tanto se enorgullece el Presidente FUJIMORI.
No es de extrañar, pues, que si así tratan a su propia gente, existan tantos inocentes civiles condenados por «traición a la Patria»...
Tiempo después se sabría que entre los actos salvajes contra su propia gente se inscribiría el asesinato, con descuartizamiento, de la agente de inteligencia MARIELA BARRETO, quien había sido conviviente del tristemente celebre Mayor MARTIN RIVAS, con quien había tenido una hija, así como las bárbaras torturas contra la agente de inteligencia LEONOR LA ROSA.
Ya estamos enterados (y advertidos) de lo que nos pueda pasar a cualquiera de nosotros, que podemos ser condenados a cadena perpetua con pruebas «sembradas» por los Servicios de Inteligencia¡

JOSE FERNANDEZ SALVATECCI
Tomado de: MILITARES EN EL PERU: DE LIBERTADORES A GENOCIDAS

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